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MOOC INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO ECONÓMICO

Escuela de Doctorado de la Universidad de Zaragoza

2. ECONOMÍA Y ECONOMISTAS CLÁSICOS

Recuerda que para poder acceder a la siguiente unidad temática, deberas cumplimentar el Test correctamente

Grabaciones a cargo de Grupo Piquer

El profesor recomienda…

Pablo Cervera Ferri
Universidad de Valencia

BIBLIOGRAFÍA

  • Mill, J.S. (1997 [1844]), Ensayos sobre algunas cuestiones disputadas en economía política. Madrid: Alianza
  • Ricardo, D. (1987 [1817]), Principios de economía política y tributación. México: Fondo de Cultura Económica.
  • Roncaglia, A. y Sánchez Hormigo, A. (2011), Economistas clásicos. Madrid: Síntesis. Col. Historia del Pensamiento Económico, 4.
  • Smith, A. (1988 [1776]), Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones. Barcelona: Oikos-Tau, 2 vols.

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3 Comentarios

  1. JUAN ANTONIO GREGORIO

    Buenas tardes,

    Me surge alguna duda en lo referente a la Ley de Say. Creo que lo que este autor quiere decir es que para poder demandar un bien o servicio en el mercado tienes que ofrecer a cambio otro bien o servicio (como puede ser tu trabajo), puesto que no deja de ser un intercambio de bienes y servicios.

    Un saludo,

    Responder
    • Pablo Cervera Ferri

      La “ley de Say” aparece enunciada en el Traité d’économie politique de 1803. Suele interpretarse como que “toda oferta genera su propia demanda”. Según la lectura que Say hiciera de Smith, el empresario decide el nivel de producción (oferta) que saca al mercado. El valor de lo producido se repartirá entre un fondo de salarios, una masa de beneficios y una masa de rentas, en función de las aportaciones (trabajo, capital y tierra) de cada uno de los agentes que intervinieron en el proceso productivo (trabajadores, capitalistas-“entrepreneurs” y terratenientes, respectivamente) y de las tasas de salario, beneficio y renta de mercado. La capacidad de compra de cada agente dependerá del precio de mercado de los bienes que se ofrecen. Trabajadores y terratenientes consumirán en el mercado por un valor de cambio idéntico al que han producido, gastando sus remuneraciones. Los empresarios consumirán o ahorrarán sus beneficios como consideren (si nos atenemos a Smith, según su “frugalidad y parsimonia”). Pero Say entiende el ahorro, en última instancia, como un consumo futuro del valor que se genere a través de la acumulación de capital. En definitiva, todo el valor producido se transforma en consumo presente o futuro, de modo que “todo lo que se produce se consume” o “toda oferta genera su propia demanda”, como interpretará James Mill. En realidad, esta “ley de Say” es lo que se conoce como la “identidad” de Say. Otros autores clásicos (Malthus y Sismondi fundamentalmente) la cuestionaron, lo que ha llevado a diferenciar entre la “identidad de Say” y la “igualdad de Say”. Según este planteamiento no todo el valor producido se consume, puesto que existe un comportamiento distorsionador: el “atesoramiento” o “tesaurización”. Una parte de las remuneraciones puede salir, bajo ciertas circunstancias, de la circulación. No es ahorro estrictamente, al no ser puesto a disposición del sistema financiero para ser prestado y generar nuevas inversiones. Es, para entendernos, el “dinero que uno guarda bajo el colchón” o, en versión actual, en el altillo de un armario de Ikea. La salida de esta suma atesorada de la circulación provocaría desequilibrios entre los valores producidos y distribuidos, en el origen de las crisis. La diferencia entre la igualdad y la identidad de Say es importante para entender a autores como Marx, para quien la reproducción simple es una expresión de la identidad de Say mientras que la ampliada requiere ciertas condiciones en el uso de las plusvalías para que se cumpla la igualdad de Say.

      Responder
  2. Álvaro Fernández

    Buenas tardes,

    creo que no he comprendido muy bien la relación entre el ‘interés propio’ y la ‘necesidad de intercambio’, a ver si el profesor Cervera pudiera solventarme la duda.

    Entiendo que la definición de interés propio es el actuar esforzándonos lo menos posible para obtener lo más posible. Cuando dice que este comportamiento, el actuar siguiendo el interés propio, conlleva una necesidad de intercambio lo dice porque contrapone dos formas de actuar, ¿no?

    – Esforzarnos lo más posible, para obtener lo más posible: Intento cubrir con mi trabajo todas mis necesidades. Es decir, yo me hago mi propia ropa, me cultivo mis alimentos, me construyo mi propia casa… –> Este modo de actuar, según Smith, no implicaría una necesidad de intercambio ya que yo mismo sería «autosuficiente», ¿no?

    – Esforzanos lo menos posible, para obtener lo más posible: Me centro en un solo trabajo y cubro mis necesidades a partir de la «compra» del trabajo de otros. Es decir, yo me hago mi propia ropa y hago ropa también para los demás para poder cubrir mis otras necesidades a través del intercambio –> Este modo de actuar entiendo que presenta sí o sí una necesidad de intercambio.

    No sé si me he explicado de forma adecuada, fundamentalmente es el por qué la división del trabajo implica necesariamente el intercambio.

    Gracias mil,

    saludos.

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